13/52 asteroid city

Idalia Sautto
3 min readDec 20, 2023

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Mariano me contó que los actores que participan en esta película no pueden cobrar más de lo que Wes Anderson tienen de honorarios para ellos, o algo así dijo el mismo Edward Norton en una entrevista. Eso quiere decir que la película le sale mucho más barata que si los contrara cualquier otro director. Eso me suena a que los actores son amigos del mismo Wes Anderon.

Hasta hace no mucho en la puerta del único cubículo que tiene Cedro estaba pegado un poster del Gran Hotel Budapest. Ahí venían enmarcados personajes de la película, algunos protagonistas otros secundarios y en un recuadro, con el mismo peso que los actores, una llave del hotel.

No recuerdo la trama del Gran Hotel Budapest, aunque sí sé que la vi, recuerdo la chica que tiene un lunar de la república mexicana en una mejilla. Hace dos años fuimos a Reforma 222 a ver The French Dispatch, en 2022 aún impresionados por la peli imprimimos la portada de una de las revistas en Bere, teníamos planeado hacer un facsímil, pero nunca se llevó a cabo. Pero en ese entonces no me parecía tan aburrido ver una película de Wes Anderson. Incluso cuando fui a ver Asteorid City, lo hice con cierta expectativa, pero creo que ahora sí ya se acabó. Se ha convertido en una caricatura de sí mismo. El modelo estoico que portan todos los personajes los vuelven poco creíbles y al menos, por primera vez, sentí que la película me distraía de la trama, sentí tedio, hueva. No me salí del cine, estuve ahí esperando a ver qué más ocurría.

Quizá los actores son sus amigos y su peores enemigos, ellos mismos podrían ser críticos del estancamiento de Wes Anderson, quizá el mismo director está en un callejón sin salida y no puede salir de sus encuadres, víctima de su propio estilo… me recuerda algunos ilustradores que siempre exponen más de lo mismo, como si sólo pudiera existir un camino.

¿En qué momento la creatividad se estanca?

Una sticker de las coníferas tropicales reza “los privilegios esterilizan los procesos creativos”. Y guarda una verdad incómoda. Quizá Wes Anderson debería simplemente retirarse… dejar reposar más la siguiente película. Dejar de aburrir a sus fans.

Por otro lado, es fuerte sentir esa nostalgia por películas que marcaron un momento específico… Le temps de l’amour de François Hardy tiene un lugar especial y es imposible no dejar de ligarlo al 2012, el año en que esa canción se coló en el inconciente colectivo a través de Moonrise Kingdom.

¿Envejeció mal alguna de estas pelis?

No sé. Emoji de la chica que alza los hombros y las manitas.

Tal vez es por ese mismo sentimiento que sigo comprando un boleto para ir a ver la “nueva” de Wes Anderson, seguimos buscando un buen escape, algo que nos devuelva una reflexión sobre lo que somos. En algunos años los 2020, 2021, 2022, 2023, ¿serán retratados como se dibuja la década de los sesentas en estas películas?

¿Cuál será esa nostalgia que de tan presente no la podemos ver?

En Cedro tenemos ese lema: Prohibido llorar. Y sí, es por una peli de Wes Anderson… no nos parecía mala idea copiarla, lo admiramos en el sentido que siempre hay un momento del proceso de edición en donde queremos ponernos a llorar.

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