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Desde que comenzó la cuarentena rígida (la divido en blanda y rígida: blanda antes del 21 de marzo, rígida después de esta fecha hasta ahora, 13 de abril y contando) Alex contrató Convoy Network una plataforma para escuchar podcasts y radio que inventaron los exradioactivos locutores que, como lo reprimido de Freud, han regresado a mis oídos: Olallo Rubio e Ileana Rodríguez.
Algo que me había negado a pagar pero que de pronto es muy absurdo no quererlo hacer ¿por qué pienso que todo lo digital debe ser gratis? Y aunque pareciera que todo lo que escucho o veo a través de lo digital es gratis, no es así. Facebook me cobra todos los días con a pound of flesh y eso no parece ser un problema, aún. A mi favor sólo tengo que mis algoritmos digitales deben estar muy confundidos, han de pensar que soy DT1 y que tengo una empresa de trailers. En fin.
En Convoy un podcast en promedio dura de 15 o 20 minutos. Los temas son muy variados, desde música, cine, antihéroes, etc. Su carácter chilango y los contextos históricos están aterrizados para México y eso siempre está tocando base con el contexto de Estados Unidos, muchos de los perfiles que se describen son gringos —no todos— pero hacen contrapuntos. Hay algunos temas que han envejecido y que asoman ciertos micromachismos muy introyectados, que hace 5 o 6 años estaban completamente normalizados (uno que otro comentario, y sobre todo el podcast que habla de los pezones), pero en general el contenido es muy muy muy bueno, a todos los niveles: investigación, producción y edición.
De pronto la voz de nuestros expresidentes nos sitúan en rincones muy olvidados de nuestro pasado. De la historia oficial: un saludo de Cuauhtémoc Blanco a José Ramón Fernández; la guerra no escrita de Televisa versus Tv azteca, la escena musical antes del ska en México, la aparición de los Rolling Stones en el mundo, el Dude y el motor de su historia a través de un tapete, Bob Dylan y el momento en el que le dijo a su público: i love you, el éxito de Don Gato en México gracias al doblaje, la historia de Caifanes desde este presente hace que sus melodías no sean nuevamente un lugar común, eso ya es un gran acierto, sólo por mencionar algunos… porque en realidad hay muy buenas historias contadas y eso me ha alegrado la cuarentena, en parte porque es revisar lo que hemos escuchado durante toda nuestra vida y darle un peso diferente, retomar algo ultraconocido como Simpatía por el diablo desde otra textura.
Y no, este texto no es un comercial pagado por Convoy. Pero cuando las personas me preguntan ¿qué haces con tu tiempo libre en estos días? Mi respuesta parece un amplio comercial a Convoy. No lamento no haberlo contratado antes, porque creo que este tiempo es, de hecho, el mejor momento para tener una luna de miel con esta plataforma.