16/52 foto de hermanas
A principios de año Manuel me regresó dos fotografías que se encontraban traspapeladas en un libro suyo que alguna vez estuvo en Macolen. Yo había llevado unas fotos familiares a escanear en una multifuncional que llamábamos Brother por la marca. No recuerdo si logré hacerlo pero las fotos quedaron ahí archivadas y un poco olvidadas por mí hasta que estuvieron otra vez en mis manos.
Una de esas fotos la tomó mi abuelo en algún día de Reyes de 1994 o 1995. Creo que fue 1995 porque tenía 10 años cumplidos cuando me cortaron el cabello en forma de hongo.
En casa de mis abuelos siempre había regalos para nosotras. Era un espacio de seguridad que me gustaba tener. En esa arquitectura era muy fácil esconderse de los adultos. Había y sigue teniendo muchos lugares para estar, sillones, sillas, cuartos. También solía estar mucho en la calle, una cerrada que tenía el nombre corte de “retorno” porque hace referencia al Retorno 11 de Genaro García.
La fotografía nos muestra a Isolda y a mí andando en la bicicleta naranja que me compró mi abuelo en el Sam’s Club. Isolda viene afincada a mi espalda parada en los diablitos. Las dos tenemos el cabello esponjado y negro.
La ropa grande de Isolda me recuerda que su infancia tenía esa característica. Siempre usamos camisetas grandes, yo a veces prestada de mi tío Erick, ella todo lo que había dejado de quedarme. Las decisiones de los cortes de cabello igual eran poco cuidadosos. Siento que mi madre no decidía o no le parecía importante pensar si estaba bien o mal cómo vestíamos y cómo era nuestro aspecto.
Despeinadas y con moda fullsize. La bici estaba nueva y tenía una loncherita del mismo color que el cuadro: naranja naranja.
La reja de la casa por la que pasamos justo enfrente cambió hace unos años. Ahora es un portón que no deja ver la arquitectura dentro.
Ninguno de los niños con los que jugaba viven ahí.
Tampoco está mi abuelo quien tomó esa foto.
Cada año que pasa me parece más complicado dar un buen regalo en el cumpleaños de las personas que quiero.
Esta foto me hace pensar que Isolda siempre confió en mí. No importa hacia donde la lleve estaba bien agarrada a esas decisiones. Ahora soy yo la que se aferra a sus ideas y sobre todo su perspectiva para abrir nuevos caminos.
Escaneé e imprimí esta foto a 4 tintas en Berenice. Hice sólo 33 copias. Todas se las regalé a Isolda. Impreso en papel confetí, para desearle una feliz vuelta al sol. Te quiero hermanita.