21/52 los nombres comunes
Esta historia comienza hace dos años cuando en octubre de 2022 fuimos a la Recreo Art Book Fair en Valencia. Ahí conocimos a Margarita, que al toque nos cayó muy bien. Margarita es fan de los memes, del stand up y de los fanzines. Ella misma publicó un libro que se llama Nouns. Me lo dedicó y ahí en la primera hoja dice “para Idalia, mi tercera persona favorita de la ciudad de México”. Le pregunté si era posible publicar su libro en mi editorial, hacer la traducción al inglés, me dijo que sí, y como todos los tratos que hago yo de viva voz, eso se tenía que llevar a cabo.
No quité el dedo del renglón. Así que a mi vuelta, y después de relatarle todas mis aventuras a Abril, me dijo al toque, yo hago la traducción, por supuesto que sí, respondí. Hizo la traducción en un lapso de dos meses, quizá más o menos, no recuerdo bien, pero hace un año ya estaba lista la traducción y ahí comenzó el martirio de poder cuadrar con la agenda obámica que tiene Margarita.
Al final lo logramos. Después de muchas vueltas, Margarita nos dio audiencia. Se hicieron correcciones y demás. Luego comencé el diseño editorial y Margarita tenía cambios, sugerencias, más que cambios, accedí a hacerlos todos, así o asado… el número abajo o arriba, las indicaciones en vertical o en horizontal, con numeración o sin numeración, con esto o aquello.
Cerré el tema de la edición y a exactas 4 semanas de irnos a Atenas comencé a imprimirlo. Margarita se reveló y molestó muchísimo con dos cambios que no se realizaron a la maqueta.
Hacía mucho que no me ponía tan mal una situación entre autora y editora, entre las fricciones que pueden existir en una relación de este tipo. Otra vez, como en muchas disyuntivas estaba la idea de volver a tirar un pliego completo. ¿Sí o no, hay tiempo o no lo hay, quiero o no quiero?
Medité y consulté con Abril, al final ella es la traductora en esta cascarita editorial. Que se respete mi opinión, pero que sobre todo que se respete lo que tú estás decidiendo.
No volver a tirar el pliego. Luz verde para la publicación. La voz de la traductora pero también de la editora, ¿por qué hay publicaciones que se resisten a nacer?, ¿por qué un proceso que debería ser un baile alrededor de Berenice se convierte en un llanto?
Dos años, dos años, y sólo son 3 cuadernillos a una sola tinta. Dos. Años.
¿En qué cartulina vamos a tirar las portadas? consulté con Lore.
¿En el papel carísimo de París o en el Bristol rosa?
Vayamos por el Bristol Rosa.
Va va va.
¿En carro o en bici?
¡En bici!
Va va va.
Tomamos la ecobici en Sor Juana y pedaleamos al Papelsa de Azcapozalco, el camino de ida es por la Rivera de San Cosme, pasamos por enfrente del Colegio Militar y después tomamos Cuitláhuac hasta llegar a Biólogos. Ahí nos pescamos el papel de Margarita y de regreso tomamos por el Politécnico, llegamos en menos de 30 minutos al estudio. El viento del otoño se siente ya en el rostro. Toda esa parte arbolada me recuerda la Jardín Balbuena, por esta zona podría vivir, pensé.
¿Imprimimos el forro de una vez o hasta el lunes?
Ya de una vez.
Nos sentamos frente a la computadora y lo diseñamos en 15 minutos.
Para la cuarta de forros y contradiciendo las reglas que luego impongo en Pitzilein —no escribir nada en la cuarta de forros—, elegimos esta entrada del libro:
Un enemigo es una cosa curiosa. Es un cosa que
tienes. Si un enemigo estuviera hecho de materia,
sería un espejo de cuerpo completo, como los que
ponen en los probadores. Un reflejo con una voz
suave que te llena con pensamientos muy muy muy
desagradables.
Le dimos play y lo envolvimos. A las 18.20 estabámos saliendo del estudio.
¿Tendrá segunda parte este texto?, ¿Margarita estará emputada cuando vea la edición del español de su libro?, ¿qué destino tendrá está preciosa edición impresa en papel seguridad y con forros en rosa pastel? ¿Pasaré a ser una persona de la ciudad de México y ya no estaré en el tercer lugar de personas favoritas?
Esperen segunda parte.