23/52 Calendario 2025
Manuel y yo tenemos la tradición de imprimir un calendario a final de año. Esa tradición se inventó cuando llegó Berenice a nuestras vidas. El primero que hicimos fue uno con pastas en cartoncillo rojo que sólo tenían una línea en el tiempo. No había retícula, sólo dibujitos. En el mes de Abril había un Castillo. Ese calendario fue para el 2022. Berenice llegó un 5 de enero de 2022 y esa misma semana imprimimos un calendario. En el 2023 se decidió por un pliego completo tamaño oficio con diferentes objetos que habitan los estudios de Scusi y de Cedro; una cafetera, un nintendo, una silla. Y para el 2024, Manuel hizo un levantamiento de planta de las 12 casas zodiacales de los Caballeros del Zodiaco. Por primera vez tuvo una retícula en donde venían los días del calendario como suelen traerlos todos los calendarios del mundo desde que supongo lo inventó San Gregorio… o algún papa del Vaticano en ese ajuste de cuentas que tuvo el mundo.
Para el 2025 por primera vez los dibujos los hice yo y la retícula de los días la diseñó Manuel. Nos dimos cuenta que usamos mucho nuestro calendario del 2024 y que escribimos todas nuestras agendas ahí mismo.
El calendario está impreso a dos tintas, rojo y negro. Una serie de dibujos que me fui pescando del internet, ¿eso es plagio? Preguntó Renzi. Otros que quería hacer para que se vincularan con los meses. En algunos aparecemos Manuel, Lorenza y yo bailando una coreografía. En otros está Alex abrazando un ganzo. Cuando en los dibujos que hice cambié la etiqueta de enero, el corrector puso “en serio”, Manuel estaba viendo el proceso y soltó una carcajada, me dijo, ya déjalo así.
Entonces enero comienza con “En serio”, y en Abril coloqué Castillo pero ya no salió porque el hoyo del calendario estaba muy cerca. La perforación del calendario hizo que tuviéramos que imprimir por arriba la B de Berenice. Eso fue cuando hice una primera maqueta antes de compaginar el calendario.
Lo armamos en una sola tarde como solemos hacer este tipo de tradicción. Hace un momento acabo de ver que cada que escribí tradición puse tradicción. Es un buen lapsus… y sí… quizá sea cierto, hay algunos proyectos que se vuelven una adicción con la parte deslumbrante de las adicciones; las que te dejan en un nivel mental en donde las feromonas y las neuronas tienen una danza frenética, amena, escandalosa, todo a la vez, tan intensa que es necesario volver a repetir… sin la parte fea, no hay cruda después de hacer un calendario.
Y sólo es una vez al año.
Miau miau.