26/52 Julio no se quiere ir
Último día de Julio. Seguí cada día de este mes con un meme diferente de Julio Iglesias, mi favorito es el de Julio Cortázar viendo cómo solo hacen memes de Iglesias y no de él. Recuerdo que cuando leí la correspondencia de Cortázar, las cartas escritas en julio, venían firmadas como Julio en Julio. O sea que la broma es infinita.
Prácticamente estuve 22 días de Julio sin salir de casa. Regresé a la cocina. Hice de comer en casa y me gusta esa parte del encierro. Nos sorprendió que hoy se acabara el tanque de gas si recién lo habíamos cambiado. Pensé que había prendido muchas veces el horno. Alex se dio cuenta que la manguera tenía una fuga. Afortunadamente fue la manguera que está en la azotea, teniendo covid no hubiéramos identificado una fuga de gas en el departamento.
Por la mañana fui a comprar papel a la calle de Bolivar. Me gusta andar en bici porque mi mente se aclara, pensé en los años pasados, en cómo julio era un mes de vacaciones, un mes de casi no hacer nada, o un mes de mucho trabajo como pasó en el verano que trabaje en la Vasconcelos. Julio del 2021 pasará la historia porque tuve Covid.
Ayer vi El cielo sobre Berlín y hoy, a ratos porque Mubi se pachequea, veo Tan lejos tan cerca, la continuación. La primera filmada en 1987, la segunda en 1993, antes y después del muro.
El personaje escribe: El tiempo pasa más lento. ¿Que pasaría si mirara el cielo y leyera: ya no necesitamos más alemanes?
Me sorprende encontrar el Berlín del muro, la ciudad custodiada por ángeles, el urban, los árboles en verano, las historias que se van contando entre pensamientos. Recuerdo la bolsa de chocolates de la RDA. Eran crujientes como si tuvieran galleta. No ha cambiado mucho, salvo la gentrificación en Mitte. Veo la trama pero también la ciudad detrás. La stasi escuchando entre muros, los lentes fotografiando personas que perdieron todo en la guerra. Y está también este gusto por el detalle, por rastrear una historia a través del diente de leche de una niña. No sabía que los dientes de leche deben echarse hacia atrás de uno para tener buena suerte.
Los ángeles de la película vigilan y cuidan de alguna manera a los humanos. «Es difícil observar el tiempo» dice un ángel a otro, «el tiempo que sabe tan poco de sí mismo y de su dimensión», el otro ángel solo responde: «quisiera regalarle este dientecito a alguien, aún sabiendo que alteraría su existencia humana».
Por fin terminará este mes, sabiendo que ya no soy igual. Ayer decía, no hay grandes cambios frente al covid, solo la certeza que estoy en donde quiero estar. El discurso que mi abuela me daba hace un par de meses al entre palabras decir adiós: ya viví, ya viajé, hice lo que quise, me voy sin deudas. Copy, paste. Pero la vida, sí, todavía.