29/52 Night on Earth
“Una noche en la tierra”, le pusieron en español. Esta película de Jim Jarmusch de 1991, la vi por primera vez en mi clase de guion con Beatriz Novaro, en la SOGEM, quizá en el 2003.
La clase tenía que analizar la estructura de esta película, conformada por 5 cortometrajes que siguen el trayecto de un taxista, desde que el cliente se sube, lo que platican, hasta que se baja del auto. La premisa es que más o menos en todas las ciudades del mundo los taxistas comparten charlas con sus pasajeros, interesantes o no, son historias que están sucediendo todos los días. Los Angeles, Nueva York, París, Roma y Helsinki son los escenarios que retrata Jim Jarmusch. En cada una de las ciudades nos adentramos a la psique de cada taxista. Se siente muy noventera pero muy cumplidora. Quizá la historia de Roma es la que menos me gusta, pero más por el actor que por el relato.
Este año visitamos a Norteño en Helsinki. Hicimos un viaje de Berlín a Tallin. Había dos opciones, viajar en tren hasta Tallin, que son como 10 horas o tomar un vuelo. Yo quería el tren, pero lo más barato y también por tiempo, fue tomar el vuelo. La ciudad de Tallin es tan pequeña, que del aeropuerto fuimos al puerto cruzando toda la ciudad en 45 minutos… caminando. Tallin es Estonia, los impuestos son tan bajos que las personas de Helsinki toman un barco de 2 horas para comprar cerveza, es más fácil viajar a otro país para comprar alcohol que comprarlo en Helsinki.
Cuando conocí a Sini me dijo que siempre le ha llamado la atención regresar a casa porque las siglas cortas para Helsinki son Hel. Es como estar de vuelta al infierno. Cruzamos el mar del norte de noche y Alex tomó un video de cómo el agua chocaba con el barco, y me dijo que la luz provenía de la luna que alumbra la espuma del mar.
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En ese barco, de ocho pisos, vimos auténticos fineses comprando cerveza. Es decir, ni siquiera tienen que bajar a Helsinki, solo se suben al barco, viajan a Tallín y dentro del barco compran el alcohol, también hay un pequeño casino para jugar en ese tiempo, pero nosotros nos dedicamos a ver el mar.
Nunca he estado tan al norte del mundo.
Regresamos a México y le dije a Alex que quería volver a ver Night on Earth pero solo el último cortometraje, el que sucede en Helsinki. Helsinki también es una ciudad relativamente pequeña, así que fue muy fácil reconocer las plazas por las que estuvimos andando en bici.
Es curioso cómo no conocemos algo hasta que lo reconocemos. Había visto ya esa plaza al menos dos veces en la película, pero no la pude “conocer” hasta que la viví en presencia.
“Mira, ahí estuvimos” me dijo Alex.