37/52 Cambio de papeles
En esta película, Drew Barrymore es una actriz de comedia muy famosa que ha perdido el hilo de su vida. Metida en drogas y después de varias veces de salir y entrar a rehab, tiene que pasar 90 días en la cárcel porque ha tenido una serie de conductas súper incorrectas con personas de la industria.
Decide contratar a una doble que se haga pasar por ella. Y la doble lo hace muy bien. Se trata de una actriz que está viviendo en su carro y tiene severos problemas económicos por lo que ir a la cárcel 3 meses le viene bien.
Mientras tanto, Drew Barrymore, está recluida en su mansión y está inscrita en un grupo de carpintería online. Se dedica día y noche a tallar madera para una silla. Ha encontrado una pasión y es muy lindo cómo tiene sus dudas y siente que puede recaer en el alcohol pero se mantiene firme haciendo una silla perfecta. Creo que en algún punto sí tiene una recaída pero luego mejora.
Esta película me la recomendó la Rat, después de que le platiqué la historia de Adalberto, y de cómo tiene un negocio de bolsas de piel y cómo siempre que me aparecen las publicaciones de su marca me da mucho gusto por él. En contraste está su mejor amigo, Alberto, que no tiene ese perfil, y que sería, en la analogía de la película, el doble que quiere quedarse con la fama, el dinero y la mansión. Solo que Alberto lo que no tiene es una pasión alterna o no ha hecho lo que hizo Arnold, darle check a la academia y seguir con otra cosa.
Arnold, Adalberto y Drew Barrymore, descubren a su vez un oficio que los alimenta por dentro. Sea la burrita Lulú, las bolsas de piel o las sillas de madera, hay una pasión que los motiva a seguir por un camino y dejar su yo del pasado, la otra vida que parece más glamurosa pero que ha perdido significado.
En la película vemos cómo la doble intenta robarle la identidad a Drew Barrymore, hasta que en algún momento la misma Drew, piensa, quizá eso sea lo mejor. Dejar que se apropie de esa vida que a mí ya no me interesa. Como pasa también con algunas ex parejas, «qué bueno que vivas esa vida que es justamente la que no quisiera seguir viviendo». O con algunos trabajos…
Se va de su mansión y en la última escena vemos que tiene una tienda de muebles que hacen ella y su pareja, un chico que conoció en el grupo de carpintería.
Final feliz como lo son todos los finales cuando las personas no abandonan la idea de seguir soñando.
La película es una comedia y a mí sí me hizo reír mucho. Para esta entrada busqué un par de imágenes en el internet y me encontré con que la crítica la hizo pedazos. Aguafiestas.
