38/52 Caballeros del Zodiaco

Idalia Sautto
5 min readNov 5, 2019

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Cuando lanzan su ataque
Entonan con fuerza su canción
La canción de los héroes

Hace dos semanas comencé a ver los Caballeros del Zodiaco, la serie animada que dotó de felicidad las tardes de mi infancia. Esta caricatura la veía cuando estaba en tercero de primaria y hasta quinto o sexto, no recuerdo bien. Pero sí recuerdo comentarla con un niño que me caía bastante mal pero que era él único que la veía con tanto fervor como yo: Eric Morales. Él además llegaba tan emocionado que cantaba la canción de la intro con enorme ahínco, una y otra vez, la maestra lo callaba, pero él seguía, entonces la entonaba en quedito, y yo recuerdo corearla en silencio en mi mente.

Alex me preguntó qué caballero era, la verdad ninguno, siempre me asumí mujer y nunca imaginé encarnar un caballero, me gustaba verla sin tener que jugar la ficción. Nunca tuve ningún caballero de juguete. Alex dice que él era el Fénix, Manuel me dijo que él era el Cisne.

La serie es bastante aburrida, en varios momentos, pero no importa, la idea es analizar la serie como un vestigio de la infancia. Tengo la certeza de que era mi serie favorita y esperaba con ansia poder verla y después la comentaba durante toda la semana en la escuela. Busco en cada capítulo a la Idalia de 1993. Qué pasaba en mi mente que requería una dosis de Caballeros, porque además si pasaban la repetición en sábado no me la perdía.

Ahora en esta nueva mirada sobre la misma caricatura, sólo hay algo en mi mente: recopilar una o varias pistas de por qué podía despertar tanta pasión verla.

La anécdota de los Caballeros del Zodiaco es la de un grupo de niños huérfanos que son adoptados por una “Fundación” y son entrenados para combatir el mal. Todo esto lo sabemos por medio de flashbacks que nos acotan una y otra vez su origen a lo largo de toda la temporada. Son tan recurrentes que me deja la sensación que es una forma de que uno pueda engancharse con la serie en cualquier momento y en cualquier episodio se pueda saber el origen de cada uno de los personajes.

Lo único que une a estos personajes es la amistad. En uno de los episodios de la primera temporada cuando Shiryu, el dragón, se enfrenta a su opuesto, el dragón negro, éste lo interroga, ¿por qué perder la vida por otro caballero? En particular por ayudar a Seiya; Shiryu responde que al no conocer el amor de un padre o de una madre lo único por lo que vale la pena luchar es la amistad.

Después de esto el caballero negro lo mata para después revivirlo en una suerte de lucidez cósmica en la que reflexiona sobre la amistad. Shiryu ha sido perdonado de la muerte al menos 3 veces en esta primera temporada, primero por Seiya, luego por Mo, el caballero de Aries, y después por el caballero negro. Aún no llego al épico momento en donde el dragón se queda ciego.

¿Por qué los caballeros del zodiaco me conmueven?

¿Por sus valores? Es una respuesta rápida que tengo en esta primera temporada. Pero más allá de los “valores” porque todos encarnan sentimientos que es muy probable que haya registrado de ahí: el respeto a los maestros, la idea de la muerte, el amor a los amigos. Pero quizá la idea de combate, de poner límites, de observar a tus adversarios. Cada uno tiene una forma específica de defensa. Pero toda defensa tiene una metáfora y ésta la hacen plástica. El combate siempre tiene una coreografía que cada uno de los caballeros interpreta. En el momento de combatir aparecen las estrellas que reflejan la figura del poder que encarnan, no es una pelea cuerpo a cuerpo nada más, es una lucha interna. Todas las peleas son una anología. Ellos son hombres pero también son constelación, encarnan un animal que los protege, que lucha por ellos.

Unida a la pelea, está también la parte de escuchar siempre, todo el tiempo, hasta el cansancio sus pensamientos en voz en off. Y aunque es un recurso que da un montón de flojera después de los primeros capítulos, es una parte que estoy segura que yo, siendo una niña de 7 años, agradecí. Quizá es la primera vez que hice consciencia de cómo cada uno tiene un fuero interno que sólo escuchamos nosotros mismos. Los personajes son tan estoicos y herméticos que solo a través de su voz en off reconocemos su interior. La mayoría son súper cursis, pero en esa cursilería está su autenticidad. Ahí los escuchamos en sus miedos y en sus certezas, también en sus recuerdos con el gastado flashback que aparece invariablemente en cada episodio.

En un capítulo después de que todos combaten a los caballeros negros y por fin se encuentran de vuelta a la mansión de la Fundación que tiene una arquitectura decimonónica, los vemos descansar a cada uno en su habitación. Shiryu que se ha hecho muy amigo de un duende, Kiki, ayudante del caballero de Aries, comparten la cama y los vemos dormir abrazados. ❤

Qué más. Pues quizá verlos combatir a muerte con sus armaduras pero teniendo corazón de pollo es muy simbólico de cuando uno es niño y tiene pocas herramientas para luchar contra la vida cotidiana, que por lo general es muy cruda y aburrida, al menos para mí fue muy doloroso ser niña. Comprender el mundo a través de los caballeros, creo, hizo más ligero mi tránsito por la primaria.

Sólo llevo la primera temporada, pero es una relación de los hechos hasta ahora. Si hoy me volviera a preguntar, en esta primera parte, ¿qué personaje sería? Elegiría a la mujer de cabello verde, la Cobra, la antítesis de la maestra que tiene Seiya. Esta mujer tiene una máscara que la protege y representa la duda, nunca confía en los caballeros, aunque se la madreen y le rompan la cara, su incredulidad es un hueso duro de roer.

Dos preguntas abiertas:

¿Seguimos apostando la vida por la amistad?

¿Cuál es nuestra coreografía para enfrentarnos a nuestros enemigos?

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