41/52 ¿Estás intentando pretender que no tienes sentimientos?

El otro día la aplicación de astrología que uso tenía ese título sobre mi horóscopo. Otros amigos, como Mariano, intentan esconder tequila en una taza de café mientras que yo intento esconder lo que siento. Me hace mucho sentido sobre todo cuando estoy bailando en varias pistas, es como estar jugando ajedrez con muchos al mismo tiempo y no estar disfrutando ninguna partida.

Liz me preguntó qué tenía. “Te veo desencanchada” y pienso en esa frase, en ese lugar fuera de la cancha o dentro de la cancha pero mal posicionada. Siento que sí, que algo se opacó en la semana. Intento escribir qué pienso por adentro de las cosas.

La semana pasada fuimos al cine Mariano, Güicho, Alex y yo. Nos sentamos en la última fila en medio. Quería que me tocara junto a Mariano para platicar en la película pero me tocó junto a Güicho. Vimos la película del momento: The French Dispatch. Me conmovió la muerte de un editor (Bill Murray), me hicieron reír todos los chistes ñoños que se intercalan en el trabajo de la edición. Me pareció genial que existiera una película tan abigarrada, con tantos contenidos entrelazados y tantas tramas sucediendo al mismo tiempo. Al final, viendo los créditos y el pasar de cada una de las portadas, pensé en Los Chulos, con todas las diferencias enormes que existen, pensé en los amigos que me estaban acompañando esa noche y cómo ellos han sido parte de mis inventos, de las cosas que he querido hacer. Me dio senti estar ahí, viendo esas portadas, eran las de la película, pero yo sentía que veía las portadas de los fanzines que he ido haciendo gracias a que todos me comparten sus textos solo del corazón, solo porque #somosamigos.

Al salir caminamos sobre Reforma, platicando al mismo tiempo y casi a gritos todo lo que nos había gustado de la peli. Nos despedimos de Mariano en Insurgentes y seguimos hablando de la película hasta llegar a la casa. Me sentía muy feliz, hacía un viento ya frío que pegaba directo en las mejillas. Vimos el final de temporada de Luis Miguel, me tomé un mezcal derecho y caí rendida.

Hoy mientras regresaba de comer en mi fonda favorita, la tía, escuché un audio que me mandó Abril mientras subía una calle empinada (no tan empinada, pero subida al fin) me narró su día completo, desde que fue a comprar pan, hasta las juntas que tuvo, el libro que leyó, la clase, su proyecto, el estado del tiempo, la copa de vino que compartió con su casera… luego me dijo, no me has contado nada de ti. Entonces me vino a la mente la frase de Liz, estás desencanchada, ¿vamos a cenar la siguiente semana? Vamos, le dije al toque. Sí, si no me gusta sentirme descolocada pero si digo que estoy bien a secas hay algo de mentira.

Ilah me invitó a platicar con sus alumnos del Claustro de Sor Juana, fue una intervención muy breve dedicada solo a compartir mi experiencia como editora de la pitzi. Estuve hablando de por qué hay que abrir una editorial y cuál es la urgencia de hacer libros. Me sentí contenta de compartir eso con personas que están estudiando la carrera. Si alguien me hubiera dicho que estaría haciendo lo que hago hace 10 años jamás lo hubiera podido creer. Mostré una presentación en donde hay una foto en el stand de la FIL que me tiene a mí como a medio salto, junto con Santiago y Abril, la foto la tomó Alex y luego hizo un gif. Llegar al punto de venta es lo importante después de todo el proceso, me parece un buen final estar bailando en un stand de libros. El viernes hay una feria, así que aproveché para darles ese comercial.

Hoy María me envió los cuadernillos formados del libro Conjuros de agua, sentí cómo mi garganta se cerraba y empujaba la emoción hacia los ojos, el síntoma de querer llorar, de cuando no hay llanto pero se condensa en el rostro, quise genuinamente gritar de la emoción pero me contuve, me quedé en silencio viendo una y otra vez las texturas que acompañan los textos. ¿Estás intentando pretender que no tienes sentimientos? Un poco sí, siento que si los muestro no voy a dejar de llorar.