44/52 Do: spoken word

Idalia Sautto
5 min readNov 8, 2022

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El texto no se puede pensar en la forma, originaria o modificada, de la presencia. El texto inconsciente está ya tejido con huellas puras, con diferencias en las que se juntan el sentido y la fuerza, texto en ninguna parte presente, constituido por archivos que son ya desde siempre transcripciones. Láminas originarias. Todo empieza con la reproducción.

De Jacques Derrida en La escritura y la diferencia.

El sueño sería otra forma de transcripción en un momento futuro, en el sentido que solo se escribe un sueño cuando se está despierto y con las herramientas de la conciencia. Hace una semana soñé con Madonna, la cantante famosa, ex novia de Basquiat, like a virgin, la aunténtica Madonna, con sus 63 años y sus uñas postizas largas como de bruja, se unía a un plan que tenía con Alex. Me daba un poco de repele que quisiera estar con nosotros, convivíamos pero yo tenía mis reservas, era como si no pudiera relajarme y confiar en ella.

Lula es un personaje que dibujó Javier Mariscal, el mismo ilustrador de Cobi. De hecho Lula es una suerte de postCobi. Marcela nos regaló un libro ilustrado de él, de cómo Lula busca entre todo el reino animal quién es la mamá de un cachorro que encontró. El storytelling es el mismo que el librito del topo: ¿quién ha hecho esto en mi cabeza? Fue hasta que mencionó su apellido que pude encontrar la coincidencia, la de vivir sobre una calle Mariscal y tener su libro en mis manos.

Durante el día pensé que Madonna es de la edad de mi mamá, que en realidad es otra forma de soñar con mi madre, de repelerla inconcientemente, pienso que quizá se deba a su última caída, algo de mí también se cayó y aún estoy procesando cómo acomodar esa pieza, ¿de quién es esta mamá?

Mi actitud hacia la poesía es más o menos esta, debería estar haciendo algo que me dé más dinero, me encanta la comodidad, tener cosas brillantes para mí y la capacidad de derrochar en las personas que me gustan, poder despreciar personas que tienen dinero. Esa es la poesía del dinero.

De Eileen Myles en Yo soy tu presidenta.

Hoy mientras engomaba unas impresiones que me pidió mi hermana para su veterinaria pensé en el dinero. Si tuviera dinero no le cobraría este trabajo, se lo regalaría, solo porque sí, porque es mi hermana, pero la imprenta necesita un repuesto de tinta y de master. Engomar las hojas en sus orillas me tranquiliza. La acción de remojar el pincel en el resistol y pasarlo por las hojas prensadas. Solo hacer esa acción y luego repetirla más tarde, y darle otra mano, y otra. Esperar a que seque. Hacer un trabajo mecánico es parecido a la terapia. Reflexionar y ejercer un cambio, aunque sea mínimo. También me gusta la comodidad, las cosas brillantes me dan igual, derrochar el dinero en amigos es algo que podría hacer de por vida. Trabajar solo para eso, para cenar en lugares caros y con comida deliciosa, como el siciliano o el dr. pizza o el pad thai.

¡Padre, ahora puedes jactarte de tener las mejores hijas del mundo! Me refiero a todas nosotras, pero especialmente a mí.

De Anne Carson en Eurípides, Bakkhai.

El otro día platicando con Manuel me dijo que era un alivio tener padres genéricos. No ser hijo de alguien famoso. Se mencionó por la muerte del hermano de un Backstreet boy y luego por los hijos de los beatles, y por el hijo de Paul Auster. Estábamos cenando en un restaurante en la Condesa y entonces dijo: por ejemplo, nadie de este lugar se acercará a decirnos, ¿cómo está tu papá, Manuel? Oye, la casa invita, salúdame a tu padre. Nadie… nunca. Porque no, porque tenemos padres genéricos. No somos hijos de algún rockstar o de algún político o de “alguien”.

Es una bendición ser hija de Sautillo… Manuel comenzó a decirme Sautillo cuando le mencioné que unos compadres de mi papá le decían de esa forma. En ese instante se apropió de ese apodo y de ahí siempre me dice Sau, o Sautillo. Soy muy buena hija para mi padre, aunque no tenga la sensibilidad de notarlo. Él sería un rockstar si no se hubiera escondido de sus propios deseos, pienso en su vida como un fantasma de película, buscando mensajitos ocultos en territorios que nunca le pertenecen.

La última vez que nos vimos fuimos a cenar al Toks, siempre se refiere a mí como “cachetona”, quiere decir que estoy gorda, pero utiliza otras palabras… formas muy introyectadas de agresión. Ya nunca lo confronto, medio me da igual.

Fue Lutero quien dijo alguna vez que el mundo debía su existencia a un descuido de Dios; si Dios hubiera pensado en la “artillería pesada”, no habría creado el mundo. Hay veces, sin embargo, que esta misma vida que se basa en el olvido exige un aniquilamiento temporal del mismo: esto ocurre siempre que se revela cuán ilegítima es la existencia de las cosas y cuánto merecen perecer, por ejemplo, los privilegios, las castas, las dinastías.

De Nietzsche en la Segunda consideración intempestiva.

Tenía este librito de Nietzsche, lo leí cuando estudiaba la carrera, lo perdí y ahora regresó en forma de préstamo, Mariano me lo dio porque pensé en releerlo para hacer un fanzine sobre la pizarra mágica. Lo dejé junto con el libro de Anne Carson, el de Eileen Myles y el de Derrida. Apilados uno sobre el otro. “Necesito leerlos” pasaba por mi cabeza al sentarme en mi escritorio, pero solo he ido dejándolos para un momento en donde solo pueda tener tiempo para leer sin sentir presión. Nunca llega ese momento, hasta hoy que comencé a leerlos salteadamente. Buscando una respuesta. Leo la cita de Nietzsche y pienso en la reciente película de Bardo. Quisiera olvidar que la vi. Para que no tengan un rostro HD justamente eso: los privilegios, las castas, las dinastías.

Regresemos a Petrarca, aquel que el 26 de abril de 1336 realiza un acto incomprensible para sus contemporáneos: ascender hasta lo más alto de una montaña, el Mont Ventoux, con el único propósito de disfrutar de la vista desde su cima.

De Agustín Fernández Mallo en La mirada imposible.

A principios de año leí este librito, en una extraordinaria y hermosa edición de WunderKammer. Vi que estaba también en la pila de libros que viven junto a mí. Se lo presté a Mariano emocionada por compartir la lectura y me lo devolvió un poco decepcionado… es algo eurocentrista, dijo de tajo. Pensé en Julio Cortázar cuando dice que se siente idiota por emocionarse al grado de las lágrimas al ver a los mimos checos y sus amigos simplemente ven algo muy equis y lugar común, aunque no usaría la palabra equis para calificar una situación. Me sentí un poco disminuída. Ahora que releo la cita de Petrarca, recuerdo por qué me emocioné. Es interesante tener una fecha tan exacta para decir “aquí el mundo cambió”. Hay una persona que solo subirá a una montaña para tener una experiencia estética y eso da inicio al Renacimiento. Me gustan las fechas precisas.

Hoy, 7 de noviembre de 2022, siendo las 6.55, escucho la playlist del mes, y leo fragmentos de los libros que tengo a mi lado, hago esto solo para pasarla bien, para dialogar con mis amigos, los que siempre leen estos textos. Esta es mi montaña.

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