44/52 Ser y estar

Idalia Sautto
2 min readDec 21, 2019

--

Todos los martes me alisto para mi sesión de psicoanálisis. Mientras pedaleo sobre Reforma y luego sobre Sonora, preparo mi mente para analizar su contenido.

¿En qué nos quedamos?

Es la pregunta que cada martes viene a mi cabeza. Hago una revisión de mis quejas, dolores, angustias, sueños y deseos.

¿En dónde estoy?

Estoy aquí, en la ciudad de México, cruzando la Juárez y luego la Roma para llegar a la Condesa y apretar el timbre 1A.

El portero es un señor amable que me deja guardar mi bici en el estacionamiento.

Hace exactamente diez años estaba tomando un gin en el bar de abajo. Ahora, un piso arriba, estoy acostada viendo una palmera de donde saltan ardillas y llegan pajaritos mientras hablo.

¿De qué hablo?

De todo, minuciosamente todo se conecta a una raíz. Algo tan trivial como lavar los trastes tiene su origen en la casa de mi abuela. Discutir sobre la navidad, argumentar que estas fiestas por más que sean un invento mercadotécnico poco importa porque tienen su propia realidad y sus propios mecanismos de funcionar en las familias. Incluso la mía, mi pequeña vida conformada por tres también está interpelada por las fiestas navideñas.

Cuando pase el 24 de diciembre: ¿podré descansar? Quiero ya solo estar viendo el techo de mi casa. Sin pensar más.

Hablo de cómo se configura mi vida, cómo la veo intentando alejarme un poco, cómo soy y quién soy.

¿Quién soy?

Soy esta Idalia del 2019. Soy La Pitzi. Soy este libro sobre las nubes, soy esta Enciclopedia. Soy este ticket del petco en donde compré un rascador para mi gato Panthro. Soy el amor que le tengo a Kiki. Soy mi máquina singer. Soy esta vajilla de la abuela Isaura. Soy esta cafetera de hace diez años, un regalo de bodas. Soy este café comprado en Colombia por Adriana. Soy este dibujito del gatopera. Soy mi delineador azul sobre los párpados. Soy mis canas y mis mechones de colores. Soy este traje completo negro con puntos blancos. Soy esta feria y también soy el estudio panamá.

Hablo de esas intersecciones en las que soy y hago y produzco y me pongo contenta y me pongo triste y también soy todas esas emociones. Solo que ahora no están revueltas. Puedo entender que no está mal ser todas esas cosas al mismo tiempo.

Al menos tener ese orden me ayuda para comenzar a hablar y no censurarme, para no hacerme guaje en una cita que es solo para mí.

--

--

No responses yet