44/52 yo soy Alfonsín

Idalia Sautto
3 min readDec 3, 2020

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En estos días siento que tengo dos novios a la vez y a ninguno le estoy quedando bien.

¿Por qué dices eso? Me pregunta Mariano.

No le respondo nada. Me quedo callada y pienso que tengo mucho trabajo de todo lo que he inventado. Algo que parecía un juego se convirtió en una realidad. Y con eso quiero decir que la editorial parecía una ilusión hace cuatro años.

—Ay tus libros engrapados… me dijo una vez Carlos, menospreciando el librito amarillo Esto es agua.

Abrí el gmail de Pitzilein Books porque pagué un sitio web y tanto su hermana gemela Pavlova Music como la editorial tendrían que tener un número de contacto y un correo. Después Manuel me dijo que me regalaría las tarjetas de mi editorial, y que le dijera cuál era el instagram. Entonces lo abrí. Y nacieron las tarjetas de presentación, sin tener nada qué presentar, sin tener un solo libro pero con un correo electrónico para enviar mails ejecutivos. ¿A quién? A mis autores, a la agencia de ISBN, a los traductores, a los diseñadores y a todas esas personas que tendrían la tarjeta de la pitzi, muy cerquita de ellos.

Aunque me tardé mucho en nutrir esas redes porque ¿qué pondría ahí? Y después fue más sencillo, cuando mi editorial empezó a crecer, a tener forma y personalidad, a saber sus propias fronteras, a reconocer su lenguaje, a saberse autónoma.

Liz Mevill hizo varias propuestas para el logo, hasta llegar a la pitzi bolita. Pero me gusta mucho observar las otras opciones, sus bocetos y el enorme cariño que tuvo al imaginar junto conmigo cuál podría ser el mejor logo.

En noviembre Pitzilein Books cumplió cuatro años. No hubo grandes festejos por su cumple. Solo este texto para no dejarlo pasar. Para regresar a su pasado, y para celebrar su existencia.

Mi amiga Grace en Berlín dio nombre a la pitzi, a la pitzi-lein, a la pequeña Pavlova. Y de regreso en México, Manuel fue el primer artifice de ese juego y de esa realidad. Pero sobre todo de creer en mi palabra. Juntos vimos nacer una idea, de imaginar e inventar que podríamos hacer todos los libros de la editorial en la pequeña imprenta tamaño tabloide que manejaba.

Y sí. Sí pudimos.

¿Pitzi, qué? Me preguntan seguido. Pitzilein.

Siento que tengo dos novios y con ninguno quedo bien. No es tan en serio, le quedo bien al novio que sí me importa, a quien le prometí casarme.

Este año la pitzi verá a muchos autores, ilustradores, filósofos y diseñadores juntos, reunidos en una celebración: imaginar el futuro. Y siento que ese libro es el mejor cumpleaños que puede tener la editorial.

Tengo algo más que decir para este pandémico 2020 hay que gritar ¡que viva la perspectiva y el momento futuro!

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