45/52 cerrar la pinza
—¿Es posible comunicarnos con el futuro?
— Nos comunicamos siempre con el futuro… dejamos rastros todo el tiempo: e-mails, mensajes de texto. La pregunta es si el futuro puede respondernos.
Hace un año, en la entrada de esta semana, escribí eso, no es una frase mía, es de una película que vi. Y hace dos años escribí sobre “cerrar la pinza” una frase que dice mucho Abril. “Cerrar la pinza” es también darle fin a alguna situación. Voy a cerrar la pinza de Blickwinkel. Manuel le dice Blink 182.
Ayer, hoy, estuve pensando en la presentación del segundo libro de Blickwinkel: Marasmo. Cuando estaba en la facultad de filosofía y letras, en donde me enseñaron entre muchas otras cosas a escribir ensayos, a citar correctamente, a argumentar, a dividir en introducción, desarrollo, conclusiones, era muy importante (creo que sigue siendo para la academia) escribir una ponencia en las presentaciones de libro… Ayer, justo antes de dormir, estuve platicando con Manuel sobre películas de acción, sobre cómo no entendía una peli que era tipo duro de matar, me contó que estaba terminando una presentación y tenía esa película de fondo, como música acompañando su tarea, yo estaba en silencio en mi camita, solo chateando con él… en realidad pensé en ponerme a escribir, aprovechar que Alex no estaba en la casa… pero preferí procrastinar platicando casi una hora de puras pelis de violencia y choques y balazos… el caso es que en algún momento de la charla pensé que hace años que no escribo una ponencia de ningún tipo, ni académica ni charlatana, o no sé qué puede ser lo opuesto a lo académico estricto… ¿casual? Si tuviera que escribir una, cómo sería, por qué.
Recordé una historia muy vieja que contó una maestra que tuve en segundo de primaria. Un día de septiembre, en el aniversario del terremoto, nos platicó que ella quedó sepultada en una estación de metro. Y para poder salir, sin tener nada enfrente más que tierra y escombro, tenía que cerrar los ojos porque era mucho el polvo que había, era imposible tenerlos abiertos. Personas que estaban en el vagón se tomaron de las manos, y juntos salieron caminando de esa nube de tierra, en la que tenían que confiar en la tierra firme y en el sosten de los demás, no tanto en lo que veían, porque ver el camino no era posible. La historia tuvo un final feliz, salieron y pudieron vivir para contar la anécdota.
El primer tomo de Blickwinkel fue una iniciativa de imaginar el futuro en medio de esos meses que ahora son un parteaguas de la humanidad, marzo, abril, mayo y junio de 2020, no sabíamos en realidad cuánto tiempo duraría la pandemia, qué tan mal podría estar, las cosas fueron inciertas, lo único que prevaleció fue la idea del libro, de tenerlo en papel. Estoy segura que ese libro fue tomar de las manos a mis amigos, a Manuel, Abril, Alex, Mariano, y también conocer a Nesa Feliz, el equipo completo, todos los que estuvimos ahí, a nuestra manera, cerramos los ojos e imaginamos cómo seguir con la vida, pensar el futuro en ese encierro, dibujar, escribir y creer que sería posible pasar la página, de hecho, sí trazamos un camino.
Cuando estábamos por presentar ese “momento futuro”, a través de zoom, me enfermé de Covid y se tuvo que posponer, casi un mes… fue horrible, quiero decir tener Covid y además presentar el libro por zoom. La pandemia duró todo un proceso editorial y lo que seguía. Yo pensé en ese momento, con ingenuidad, que cuando saliera el libro la cuarentena y la pandemia serían cosa del pasado… Y ahora… tampoco siento que estoy lo suficientemente lejos, supongo que habrá que retomar ese 2020 en otro futuro, uno más lejano, en unos 15 años…
Hoy, 2022, la pausa después del derrumbe, más que tomarnos de las manos, podemos chocarlas… brindar con tenedores o con algún baile, como el final de jojo rabit ;) guiño, guiño. Creer que los libros me salvan es la razón por la que soy editora. Me gusta que existan, que transformen el mundo. Es curioso que Marasmo tenga en su portada ese pasto que cubre las señales. Cuando mi mamá regresó a CU el pasto cubría las bancas. El tiempo pasó, la naturaleza no se detiene, nosotros podemos fingir que paramos pero siempre hay cosas que siguen creciendo. La publicación no se detuvo, entregamos en tiempo y forma, hasta con un poco de rush y presión, pero quizá sí pueda detenerse el festejo, que dure más, seguir brindando.
Esta creo que sería la presentación que escribiría si tuviera que ponerme seria, pero la verdad es mejor dejarlo al azar, comenzar a hablar y que el diálogo suceda sin más. Hacer un krusty, rat.