46/52 notas sobre el 2019
Hace un año en la entrada 46/52 escribí: “2018 fue un año complicado. No puedo ni siquiera explicarme cómo fue exactamente, sólo sé que era un arma de dos filos que tuve que sostener en un equilibrio perfecto para que las cosas salieran sin errores”.
2019 fue el año que esperaba tener en 2017 pero que llegó dos años después, aunque esté por terminarse, algo en el fondo de todas las cosas que sucedieron me indican que 2020 será un mejor año. Para citar a Woody Allen, todo tiene que ver con el sexo, la economía, la política, la religión, todo tiene que ver con sexo, incluso esto, que un año sea mejor o peor, también tiene que ver con el sexo. No es cierto, sí es cierto, no es cierto, sí es cierto.
¿Por qué estás feliz? La otra vez me preguntó esto mi hermana y me quedé un rato en silencio, sólo pensaba en los libros que salieron este año. Pitzilein Books trajo su torta bajo el brazo todo el año, porque cada mes edité, trabajé para este pequeño pedacito de tiniebla llamado esperanza, porque esta editorial por fin está caminando solita, sin detenerse de la pared. Cumple 3 años y cada título, cada autor, colaborador, traductor, me hace sentir emoción por seguir editando libros que me interesa ver en el mundo material.
El miércoles fui a la fiesta de Memoma de la que salí temprano, pero me encontré con el Yortz Dávila, qué onda panamá, ¿por qué panamá? ¿por qué andas en NoFM? Porque Abril tenía ganas de hacer un podcast y me contagió su deseo. Un deseo de ella se hizo un deseo compartido. Canal de Panamá, el día más feliz de la semana, el espacio panamá, el hogar de la alacraña y la pitzi. Porque sí, porque está bien hacer radio, hablar de lo que nos conmueve y nos moviliza a seguir creando, y panamá también es eso: ¿hay algo más chingón que tener un territorio para juegos y cantos? Panamá es un estudio. Luego nos preguntan quién vive aquí porque está muy hogareño nuestro espacio. Pues nadie. Nosotras trabajamos y hacemos talleres. Acá la cartelera.
Insertar el hilo en la aguja y seguir cosiendo. A principios de año, Abril, me leyó el I-Ching mi exagrama decía: La posesión de lo grande. Lo escribió en una nota y después escribió el hashtag que ya había comenzado a usar: #obedecealapitzi. Y sí, obedecer el deseo de la pitzi me tiene cosiendo libros, escribiendo de vez en cuando, hablando, digiriendo, estando contenta en el lugar en donde estoy, dejando en los textos un montón de gerundios porque sí y qué. Hace un par de días acomodando mi cochinero en el estudio, encontré esa nota, la posesión de lo grande.
Sí, eso ha sido este año, poseer desde abajo, nada de lo que tengo en este momento ha sido gratis, cada esfuerzo se convirtió en una realidad, los años pasados fueron duros pero hoy estoy tranquila, tengo la mente clara y puedo dirigir la orquesta.
Allá vamos, 2020.