52/2 Berenice

Idalia Sautto
3 min readJan 16, 2022

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Sábado 15 de enero de 2022.

—No sé por qué pensé que tu abuela se llamaba Berenice, pero no, entonces ¿por qué Berenice?

—Por Sonido Berenice el grupo de cumbia que tenía Alex.

Pero también Sonido Berenice fue un escondite para un concurso. Lo apropié como seudónimo y después como nombre y apellido porque me gustó imaginar que el sonido pueda imprimir. El ta-ta-ta-ta-ta que hace la riso al empujar sus hojas impresas merecería un nombre. En realidad nombrar su manera de hablar. Y ese sonido siempre tiene ritmo que está mediado por la velocidad con la que salen las hojas.

Sonido Berenice llegó a cambiar mi vida y quizá todavía no sé qué tanto y de qué manera solo sé que la aventura comienza y eso ya me tiene feliz.

Domingo 16 de enero de 2022.

El mal de ojo es cuando una persona entra a una tienda de plantas y comienza a ver qué planta quiere, a veces una plantita que está floreando es vista con deseo pero inmediatamente rechazada sin razón, en ese momento, le cae el mal de ojo. Muchas tiendas de plantas deciden colocar un listón rojo en una de las ramitas.

Cuando trabajaba en la Biblioteca Vasconcelos, Paco, el director de los bibliotecarios y del catálogo de plantas y árboles que tiene la BV, me transplantó el hijo de una sábila y me la regaló en Navidad, aún no era exactamente Navidad como por principios de diciembre. Yo la dejé encima de mi escritorio en donde entraba una luz intensa por las mañanas y moderada por las tardes. Pensé en llevarme la plantita una vez que comenzarán mis vacaciones.

En menos de una semana la plantita murió. Paco me dijo que me habían tirado mal rollo o alguna envidia y la plantita lo había recibido: mal de ojo. Al día siguiente me regaló otra sábila, no esperé dejarla ahí, me la llevé a casa en el instante. La sábila tiene 8 años conmigo y desde que llegó al nuevo depa ha crecido bastante, ahora le han salido hijos y he pensado en regalar algunos a Liz y a Mariano.

Con Sonido Berenice me pasa igual, siento que pueden hacerle mal de ojo una vez que abra sus redes sociales, expresar la felicidad puede tener efectos contraproducentes. Mi amigo Norteño dice que alguien que no esté feliz de ver crecer mi proyecto no merecería ni siquiera ser considerado compa, yo le digo que no tengo miedo de mis compas, solo sé cómo se manejan las redes y cómo a veces me cuesta mucho trabajo compartir un momento de felicidad.

Siento que puedo hacer cualquier cosa y eso me tiene muy excitada, tanto, que no sé bien por dónde empezar. Entonces ayer me llevé a Cedro mi corcho que es una manera de poner orden y hacer un calendario de acción.

Quizá solo es hacerlo y ya. Escribo esto un poco para no quedarme con este pensamiento mágico de la sábila, si no por la apuesta que representa también esta riso: que salga a la sociedad y vengan más proyectos.

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