52/20 eclipse de luna

Idalia Sautto
3 min readMay 23, 2022

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Ayer me enfermé del cuerpo. Tuve fiebre y luego dolor de estómago, me sentía muy mal, pensé “quizá tengo Covid”. O simplemente estoy muy cansada o tengo hueva. Fue muy raro darme cuenta que no sé muy bien distinguir entre la hueva y la enfermedad.

“Estoy elaborando una factura”… mi contraseña y sello fiel caducaron y por esa razón estuve cerca de cuatro horas intentando hacer una factura. Pero dije la frase: elaborar una facutra. También siento que pagué impuestos e ISR retenidos con la visita de mi papá a México. Tuve dolor de cabeza hasta el día de ayer. Después me sentí liberada. Quizá me hizo daño el eclipse y puede ser porque soy Tauro y ahorita todavía la luna está rondando mi signo. Me gusta pensar que los astros pueden cambiarnos más de lo que nuestra pequeña mente considera razonable.

Alfredo Fressia es un poeta que no conocía. Robin envió un poema que me conmovió mucho:

El poema completo es hermoso. Me obligó a imaginar ese asteroide dando vueltas también al sol como nosotros. La tierra por un momento eclipsando al sol y cubriendo la luna de rojo y de bruma. Estuve en el balcón observando cómo avanzaba, miraba el eclipse con malestar en el cuerpo completo, con fiebre, ¿es eso una nube cubriendo la luna o solo somos nosotros? Nos hemos vuelto una contaminación que no permite eclipsar el sol de otra manera que siendo una goma que borra mal… como todas esas fotitas que vi en las stories sobre el eclipse. Qué necesidad tienen todos de decir ¡aquí estoy, yo también lo veo! Yo también estoy viendo el eclipse con el resto del mundo. Y aunque somos insignificantes seguimos viviendo. No tengo miedo a la muerte, dije el otro día. Si me muero hoy he hecho bastante ya. Si vivo también me alegro.

“Es bien complicado vivir, como sea”, me escribió Manuel hace un rato. Sí lo es, lo digo como se podría decir una frase en medio de un suspiro. Avanzamos hacia una gran nada, pero avanzamos convencidos de que algún sentido tendrá. En los nuevos episodios de Love, death and robots, el capítulo llamado “El mismo pulso de la máquina” es una analogía de nuestra propia existencia… caminando a veces a ciegas, logrando entender que existe algo más grande que nosotros, que quizá sí somos parte de un engranaje. Luego solamente queda soltar lo que se tiene como certeza.

Recuerdo el último eclipse de luna que vi con mi abuela Queta. Salimos a la calle, sobre Cascada, yo creo que tendría unos 9 años o 10. Mi abuela tendría más de 70. Me tomó de la mano porque nos colocamos en medio de la calle para poder verlo con otros vecinos. Quizá el próximo eclipse de este tipo yo ya esté muerta, me dijo. Y para última Thule somos parte del polvo estelar… también mi abuela lo es.

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