52/52 fin de año
Regresamos a casa en Uber.
Yo estaba en un estado de sensibilidad ante el espacio y mi entorno que no pude soportar el comportamiento del conductor. Intenté relajarme pero cuando empezó a jugar carreritas sobre 16 de septiembre, tomé la mano de Alex y le pedí que bajáramos. Él no quería, sus ojos tenían miedo, pero yo no. Idalia, aún estamos muy lejos. ¿Qué sabes del alba entrando por la habitación si nunca te has comido un ácido?
Caminamos una cuadra hacia el sur y el metrobus se acercaba, corrimos y entramos al metrobus de la ruta sur, nunca tomamos este camino pero también nos lleva a casa. El frío era intenso en la calle, pero dentro, hacía calor, los únicos drogados recién salidos de una fiesta éramos nosotros. Los demás pasajeros iban a trabajar y tenían la mirada perdida hacia la avenida. Ahí adentro, sentados hasta el fondo, vi por la ventanilla nuestra propia vida, todo 2019 hemos cruzando estas mismas calles solo que a pie o en bici. De pronto nosotros íbamos en ese metrobus que siempre aparece en el horizonte. Pasamos por la esquina del Bucardón. El señor de los tacos estaba lavando la banqueta. Cruzamos Reforma en ese punto en donde siempre tomamos la ciclovía para entrar al Monumento. Y en todos esos puntos vi mi vida compartida con la de Alex. Caminando hacia una presentación, yendo hacia el banco a pagar un isbn, cruzando la glorieta para ir a comer, preguntándonos en varias ocasiones cuánto costará hosperdarse en el Fiesta Americana. ¿Sería padre un día pasar aquí la noche no? Esperando el siga de Reforma, cruzando en un ciclotón. ¿Carl’s Jr o McDonald’s? ¿Vamos a mi tienda favorita de 222? Es inevitable pero siento que habito otra parte de la ciudad desde que estoy en la Tabacalera. Esa noche regresamos caminando desde la estación del Monumento. Tiritando de frío y viendo cómo comenzaba a despuntar el día. Es el Centro y no, es parecida a la San Rafael y no, estoy en ese punto medio, con su prostitución en las esquinas, con sus paninis y sus trabajadores a las tres de la mañana montando el Gráfico.
A un lado de mi casa está el museo de San Carlos, que hasta el 12 de enero del 2020 tiene una expo temporal solo sobre lo que ha sucedido en el perímetro que delimita Puente de Alvarado, Reforma e Insurgentes; es una emotiva muestra de cómo la colonia ha sido sede de encuentros, películas y representa un rostro de las tantas personalidades que puede tener la ciudad de México. El Monumento como escenario para fotos de Nacho López, el frontón como un negocio que vivió su gloria y su decadencia y que ahora nuevamente resurge, el edificio de la Lotería Nacional, el épico lugar en donde Ché Guevara y Fidel Castro se encontraron en México y un sin fin de tramas que desde la Tabacalera buscan y generan comunidad: #SomosTabacalera. Saliendo de esa expo pensé que en términos de calidad, precio y servicios, la mejor vivienda que he tenido en mi vida es este departamento en la Tabacalera. En varias ocasiones Manuela me ha gritado desde la calle, Sauttooo, y bajo a dar la vuelta, a veces a cenar, a veces a dibujar.
Volver a la Vasconcelos como usuaria frencuente porque ahora más que nunca, te necesito junto a mí, no abandones mi amor… la biblioteca está a 10 minutos caminando de mi casa. Y en mi mente eso es como tener un refugio seguro todos los domingos. Hacer base ahí, leer, perderme en los anaqueles, encontrar novelas gráficas en el séptimo piso, sentarme durante horas a sólo eso: leer por disfrutar y pasar el tiempo.
2019 trató de dos mudanzas. El combo pareja, dos espacios, dos personas, dos amigas, dos por la carretera, dos líneas. Mi casa y mi estudio: habitarlo, apropiarlo, enmarcar cuadros nuevos, resignificar los viejos, guardar los que ya no me dicen nada. Este año no lo siento como algo que termina y se almacena, más bien como una continuidad de lo que soy y hacia dónde quiero ir. ¿Fin de temporada? No lo creo.
P.D. Hace un año me di cuenta que mi libro de Metahistoria estaba perdido. Fui al Fondo de Cultura de la Condesa y lo busqué en sus anaqueles. Lo volví a comprar. No sé si lo volveré a leer, tenerlo es parte de mi historia. Quisiera hacer una lista solo de los libros que se tienen por segunda vez en la vida.