6/52 Cartas géminis
Cómo escribir que las cartas géminis impresas en diciembre se perdieron. No sabemos bien por qué y en qué lugar. La historia no comienza ahí pero termina parcialmente en un reclamo, en una molestia que se vuelve una piedra en el zapato. ¿Y si solo lo dejamos ir? ¿Y si cerramos esa historia y ya? ¿Cómo escribir sobre un chantaje sin volverlo también parte de esos dimes y diretes? Y si se quedan las cartas así, incompletas…
Manuel me dijo que teníamos que imprimirlas. Sobre todo porque las faltantes son de géminis. Manuel me contó una historia, que es más o menos así:
Imagino que un día, en un futuro hipotético, estaré a punto de perder mi vida en un acantilado. Sostenido de solo una mano y pidiendo ayuda con la otra. La única persona que podrá ayudarme será Raq, y en ese momento se acordará que hace años se perdieron unas cartas géminis y que yo no las imprimí para reponerlas.
More stupids, es el nombre de un set de cartas que compré en la feria.
En diciembre impartimos un workshop de impresión como los demás que hemos dado, solo que con proyectos muy queridos. Entre ellos está una serie de cartas que conforman un tablero de posibilidades, de lunas que transitan por los horóscopos. Raquel, Raq, la astróloga, dijo algo que se me quedó en la mente todo este tiempo, «cuando alguien te da una lectura de tarot o de cualquier otro mazo de cartas siempre se termina un poco olvidando lo que salió. Por ello me parece importante hacer una serie de cartas en donde la persona que lo consulte guarde esa carta en su cartera o en su bolsa o en algún lugar en donde esté a la vista. La lea varias veces al día, la piense en diferentes estados de ánimo y la estudie».
La carta viene acompañada de una fotografía y palabras clave, preguntas. La baraja se guarda en un pequeño sobre de minagris. Se imprimieron a 4 tintas y quedaron muy hermosas. Las mandamos laminar y en el proceso se perdieron diez cartas, las correspondientes a géminis.
La última vez que Manuel me leyó el oráculo me salió la sincronicidad con la flecha. La flecha estará ahí, guiando el futuro cercano.
Ayer vi un capítulo de Summer Camp Island que no había visto antes, en donde invitan a Óscar y Erizo a una ceremonia para ofrendar una sopa de verdura al “Tiempo”, como personje. La historia que cuentan los monstruos de la Isla es que antes de regular el tiempo todo era un caos, la gente se hacía vieja y joven de un momento a otro, muertos y vivos no podían entenderse… era muy confuso el mundo hasta que el Tiempo siguió una línea recta, como la que traza una flecha. Es una ceremonia que tiene lugar en una cena a la medianoche. Y adornan la casa con flechas. En el episodio, Óscar se queda dormido y no le echa sal a la sopa y se hace un desmadre.
Una vez que te sale un mensaje comienzas a verlo en todas partes, me dijo Manuel.
Mente flecha es un concepto de los tantos que hemos acuñado. Una idea puede ser una flecha que no se detiene hasta materializar un objetivo. Una flecha que adorna una guirnalda. Una flecha que indica una dirección.
Mi mamá es muy mente flecha, no suelta una idea hasta que pega con su destino. Si un día le digo que una planta necesita tierra el siguiente fin de semana llega con un costal. Si necesito un costurero, me compra uno con hilos y demás accesorios. Es relativamente sencillo cuando se trata de eso, de ideas simples. Flechas empujadas con un arco y con una sola dirección, un solo objetivo. Pum.
A veces me asombra esa parte de ella. Su mente algoritmo, su imaginación en forma de diagrama, una mochila muy grande para su espalda, un cabello muy azul para su tez.
Hoy, ayer y la semana pasada ha venido a mi estudio y me ayuda a imprimir. Le muestro la técnica, el mapa de impresión, los milímetros en donde los colores deben casar. Aprende rápido y de un momento a otro ya es ella el ISO900 de la impresión en riso. Me divierto enseñándole lo que sé. Hacemos la costura de los cuadernillos mientras ella corta y plega del otro lado. Me siento a salvo en esta rutina. Salimos a comer a las dos de la tarde y luego volvemos. Se va temprano para no pasar por el tráfico.
Ayer vi a Dani para darle las cartas géminis para corte y laminado. Hoy me lo encontré y me dijo, no fui con mi papá así que no pude llevarle las cartas.
No recuerdo qué tienen escrito en el reverso. Es cosa de consultar el archivo en la compu de Berenice.
Mi mamá es cáncer.
Imagino que su corazón es enorme. Tan grande que a ella misma le pesa tenerlo. Hay un gesto de generosidad que me arropa en estos días de sol y frío, incluso en estas entregas fuera de tiempo.
En la carta que sacó del mazo More stupids decía, “acariciar un perro, hoy, no cura la tristeza”. Ajá, qué tontería, replicó bajando la mirada. Pues así se llama este tarot, más estúpidas o más estupideces… nos quedamos en silencio, hablamos con Artemio, me cuenta chismes de la universidad, del sindicato, de Julio Astillero, de Anabel Hernández, del Peje. Se acuesta en la alfombra y Artemio llega a oler sus manos tendidas al sol. Tiene los ojos cerrados e intenta acariciar a Artemio pero él esquiva la caricia como un ninja. Brenice imprime muy lento, dice la doctora. Y siento que me arrulla o arrulla a Artemio y por eso no le molesta el ruido. No te molesta. No. No me molesta el ruido, tiene ritmo. Su mano marca la salida de las hojas.
Luna en Géminis
La curiosidad guía hacia lo opuesto, expresar lo interno es el arte de revelar la mente en movimiento.
¿Hay algún área de mi vida en donde me esté quedando en la superficie, que tal vez requiera ir más a lo profundo?
¿Me permito integrar y hacer síntesis personal de los conocimientos que obtengo?
¿Me hago responsable de la importancia que tienen mis palabras?