9/52 / 1984
1984. El año en el que se lanzó la Macintosh 128K. Un comercial que transmitieron en el medio tiempo del super bowl. La frase dictaba 1984 no volverá a ser como 1984. Nací cuatro meses después. En semana santa y en Acapulco. He escrito tantas veces esta historia que a veces pienso cuáles serán las variables. A mis padres les robaron un VW verde. Se paraba en cada esquina porque la marcha no funcionaba del todo bien. Tenían un gato güero que de vez en cuando iba a visitarlos. Mi cuna era un regalo por parte de las enfermeras que trabajaban en el hospital. Eran alumnas de mi mamá. No recuerdo nada de Acapulco de esos primeros meses. Estos son una serie de recuerdos heredados. Una historia oral que me he contado de muchas maneras. Una historia que he investigado. 1984 además fue un año bisiesto. Eso me enteré la semana pasada porque conocí a Mónica. Ella nació el 29 de febrero de 1984. Es un año peculiar, pensé. Parte los ejercicios que hice para Mónica fueron reconstruir un contexto histórico.
Un ejemplo fue 1984. Una mac, un presidente llamado de la Madrid, una moneda que muestra a Sor Juana Inés de la Cruz. Una imagen de los juguetes con los que crecí: el fantasicosas. El sanborns. Un gameboy. Cosas que pertenecen a 1984 pero que también son de 1991.
Crecí viendo el show de Garfield y sus amigos. Cuando salía algún comercial apretaba el botón de mute. Algunas palabras que pronuncié antes de comprender que eran marcas fueron Kleenex e IBM. En esa década los vuelos comerciales permitían fumar a las personas en la parte trasera del avión. Los colores fosforescentes se pusieron de moda cuando tenía nueve años. Mi abuela me regaló unos lápices rosa, verde y amarillo. Sacarles punta me hacía notar que aquel lápiz no era enteramente de madera, algo un poco plasticoso se rebanaba. Aún me gustan los colores fosforescentes, los uso en los marcadores de texto. Me gusta sobre todo el rosa. Los uso también al corregir textos.
Ayer leía el prefacio a Las palabras y las cosas. ¿Cómo podemos acceder al mundo sin equivocarnos? O más bien equivocándonos todo el tiempo. ¿Quién decidió darle ese orden y por qué? Quizá la enciclopedia china no estaba tan errada, en el sentido de mostrarnos una forma de comenzar, de mostrar un orden diferente pero no por ello imposible. De acomodar el mundo como se acomoda el contexto histórico de una persona. Una fecha, un color, un año, un recuerdo que nos fue contado. Regresar al origen para ir contra el origen. 1984, en los aztecas un año pedernal que simboliza una piedra usada en los sacrificios. En el chino, la rata, como la que nos azotó el 2020.
Este texto nace de un fragmento del ensayo Contra la originalidad de Jonathan Lethem. El autor describe su propio contexto. En dónde nació, de dónde viene. Él mismo roba esta estrcutura a Mark Hosler… Nací en 1964. Nací en ya es una forma de comenzar cualquier historia. Decidí borrarlo al principio. 1984, es también la fecha en la que murió Michel Foucault.