[hle] atmósfera

Idalia Sautto
2 min readApr 17, 2020

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Un carro pequeño con cuatro ruedas abajo, recién lo compré en el homedepot. Yo le digo “carrito de biblioteca”. Coloqué todos los libros que tenía fuera del librero y se llenó. Sobre el último peldaño coloqué mi computadora y saqué mi silla de mi estudio.

Así que lo uso como una suerte de escritorio movil.

Estoy sentada en medio de la sala.

Es un lugar que muy pocas veces habito. Antes tenía una alfombra y los únicos lugartenientes eran mis dos gatos.

Quité el tapete hace un par de semanas para lavarlo. Y lo guardé en una bolsa de plástico porque es muy pesado aspirarlo cada tercer día. Es como un cadáver, dijo Alex. Y sí, es grande y pesado y la bolsa es color negro y lo escondimos en nuestro cuarto como si se tratara de algo vergonzoso.

Estoy sentada en medio de la sala. Frente a mí: una ventana grande, sin cortina. Detrás de mí: dos libreros y cuadros. Frente a mí: un sofá cama con cojines. Detrás de mí: una alcancía de barro en forma de cochino. Frente a mí: un cáctus, un dinosaurio azul de plástico, una rata de peluche, un molcajete miniatura y un templo pequeño japonés. Detrás de mí: un cuadro sobre el génesis, los animales corren al arca de Noé. Frente a mí: una regadera plateada para alimentar mis plantas. Detrás de mí: un gato dibujado en forma de pera.

Son las 18.22 pm.

Por la mañana entra un sol que nace, por la tarde el sol muere en el reflejo de un edificio enorme, pero su luz, es idéntica a cuando nace. La luz cae de la misma manera, aunque no sea directa, es sólo su reflejo. Y este espacio no es ni frío ni caliente. No me gusta abrir la ventana porque se meten las abejas del primer piso.

Algo hacen los vecinos que hay muchas abejas en su jardín interior. Nada en contra de las abejas. Sólo tengo miedo de que piquen a alguno de los gatos. Panthro se estira en el sofa. Estira sus brazos y sus piernas. Así me siento también.

La luz del sol que muere cae directo hacia mi rostro y hacia mis brazos.

Un helicóptero aterriza cerca de aquí.

Tengo puestos los audífonos y escucho por cuarta vez a Pierre Barouth cantando una Samba Saravah. Es el soundtrack de una película estrenada en 1966, la protagonista de este film cumple 87 años este año. Pero en la película es muy joven y recuerda sus vacaciones mientras escucha esta canción.

Texto escrito en 20 min. en el ejercicio Atmósferas del taller #HastaLaEntrañaPanama

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