37/52 mi lugar favorito sigue cerrado

Idalia Sautto
4 min readOct 17, 2021

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¿Cómo haría A para desplazarse sin que B lo advierta?

pregunta de Señales de ruta de Andrés Paniagua y César Campos.

Llevo casi cinco años viviendo con Alex. A veces no sé cómo ha sido posible, me lo pregunto entre sorprendida y contenta. Sorprendida porque siento que he sido muy dura y con poca fuerza de voluntad, contenta porque al final decidimos estar juntos y ha sido una fuente de felicidad. Alex es muy simple y en eso radica que me guste tanto estar a su lado.

En la entrada de nuestra cocina acomodamos las bicis. Hace un mes intentando apagar el boiler la bici de Alex me cayó encima, me hizo un moretón bastante grande en la pierna. Su bici no tiene patita, la mía sí, su bici es muy incómoda para poder estacionar dentro de la casa, la mía no.

Le pregunté por qué no le ponía una patita, sería más fácil acomodarla. Me dijo que su modelo no usaba patita. Hoy otra vez intentando apagar el boiler la bici se cayó, pero yo me hice a un lado, que se caiga la bici no me vuelve a caer encima. Brinqué la bicicleta y me salí, que se quede ahí tirada, pinche bici y pinche Alex que no le pone una pata.

Toda la semana ha hecho mucho calor. El sol intenso me ha quemado los brazos. He llegado empapada en sudor después de andar en bici. Hoy decidí ponerme vestido. No había pasado ni media hora y comenzó a soltarse un viento helado. No traía suéter. En principio iríamos a la feria del zócalo, luego pensé que me daría mucho frío más tarde y que prefería no ir.

Alex se cambió de banqueta y caminó por la acera de enfrente. Yo seguí por la misma. Después me dijo que me había llamado para que fuera a la banqueta con él, la verdad no lo escuché,

—¿pues qué tiene de malo la banqueta?

—está toda orinada, me dijo.

Después siguió caminando, más rápido que yo, entonces yo comencé a caminar más lento para hacer evidente que me quedaba atrás. Ni se inmutó. Me acordé de cómo algunas mujeres en la India caminan siempre atrás de los hombres, no importa si es su marido o su amigo, van detrás de ellos. La corriente de aire que se forma en el cruce de Reforma y Bucareli comenzó a levantarme el vestido, sentía más y más frío. Qué incómoda es la ciudad de México, nunca sé cómo vestirme, si me tapo me muero de calor, si me salgo ligera me muero de frío.

—¿por qué no levantaste mi bici?

—pues no quise.

Regresamos a la casa y fui a ponerme mi sudadera naranja. Una sudadera que en principio no quería comprar porque me parecía cara, pero después decidí comprarla porque me gustaba mucho el color y porque el día que la compré era mi primer día de vacaciones en mucho tiempo. Ahora que la tengo puesta pienso que es la mejor sudadera del mundo y que mis vacaciones están a la vuelta de la esquina.

Alex se metió al cuarto y se puso a ver una película. Yo me quedé en el estudio de la casa, leyendo las tarjetas de Señales de ruta:

ve a tu espacio público favorito. Colócate en el punto que más te guste del lugar que has escogido, comienza a narrar una anécdota personal (trata de incluir todo tipo de detalles, sin importar lo pequeños que éstos puedan ser)

espera a que la gente se reúna para escucharte

continúa narrando hasta que todos lloren

si nadie se acerca a escucharte, no importa: llega al final de tu historia, las ondas de sonido viajarán en el aire hasta llegar a los oídos de alguien

siéntate y espera una respuesta.

Ayer fui a La Valenciana, tenía más de 3 años sin ir. La última vez que fui era el cumple de Abril. Festejamos por su libro, le escribimos a José María para ver si lo podíamos presentar en Casa Tomada, nos contestó de inmediato que sí. Planeamos todo en menos de 15 minutos, todos los invitados parecían gritar HURRA al unísono. Después platicamos de su madre, que sigue en el hospital, de la mía que no sale de casa por una cuestión odontológica. Platicamos de su última mudanza. A veces teníamos problemas solo por una cuestión de espacio no tanto porque existiera un problema, me contó.

Me quedo pensando que quizá si en casa tuviéramos un biciestacionamiento no tendríamos el problema de las bicis que estorban para prender o apagar el boiler. Entonces quizá yo estaría viendo una película y no escribiendo.

Hace un año en esta misma entrada también era octubre y estaba en Cedro, añorando ir a la biblioteca, que sigue cerrada.

ve a tu espacio público favorito.

Hoy sería un buen día para ir a la biblioteca, era mi refugio predilecto para días como hoy, en los que siento que no hallo, miau, esa expresión me encanta, hallarse. Cuando vuelva a estar sentada en la Biblioteca Vasconcelos podré sentir que de verdad el tema de la pandemia se ha movido de lugar.

comienza a narrar una anécdota personal

La bici roja de Alex llegó después de que lo asaltaran y le robaran su bici azul turquesa. La otra bici tampoco tenía patita.

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