52/4 Disco de titanes (2)

Idalia Sautto
3 min readJan 25, 2022

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Hace un año recibí la noticia de que tendríamos el apoyo para publicar este libro de Sini Silveri. Durante diciembre, ya con el manuscrito final, me puse a montar el libro completo en Indesign. Es un libro que habla de una realidad muy lejana, en donde la fiesta termina y los restos quedan congelados por días y semanas en las veredas del bosque. Una papita atrapada en un charco congelado, una basurita adentro de una gota de agua que se detuvo al caer de una rama. Leer esas imágenes me hicieron ver lo lejos que está esa realidad.

Vivo en una ciudad en donde nunca se congela el agua de la calle. Tenemos edificios viejos que jamás han necesitado calefacción, tampoco tenemos tecnología específica para calentar el piso del baño, al salir de la regadera si no hay un tapete es probable que esté frío. En las noches no salen las liebres silvestres, las calles no requieren de palos especiales para visibilizar la banqueta cuando la nieve la cubra por completo y no se estrelle un carro con ella. En el oxxo no venden tabaco procesado para colocar debajo de la encía. Ese idioma llenó de íes y de acentos y diéresis se convirtió en un lenguaje de lectura pero de figuras lejanas.

La gente se agarra una a otra de las rótulas, con manos acopadas, y se mecen lentamente en el sauna de la alberca como un collar místico bajo la blusa en marcha. Disfrutan de repente ahí donde se debe, como un largo bastón de cuatro pezones. Disfrutando en la tierra donde el hielo se derrite hacia el aire. Hallando de nuevo todo el tiempo, en el sitio posterior a la renuncia, en este continente en forma de sandalia de correas.

¿Qué es Disco de titanes? Un libro de sensaciones, de mitigar una cruda con la escritura despues de un largo fin de semana. Ni siquiera sé si entra en la categoría de poesía. Escuché a Sini mientras leía un poema en un video de Youtube, el tono de su voz es dulce. Imagino cómo se reune con sus amigos en un sauna y los cuerpos desnudos están despojados de erotismo, como cuando se juntan mis tres gatos en el futón de la sala, nunca pienso que están desnudos cuando los veo.

La tierra es una moto de nieve y yo un pequeño anillo de plata. El gusano de tierra está de pie en el pino. El pájaro va a su casita con otro pájaro. El amigo vaga por todos lados, dependiendo de las fotografías. La boca se llena de agua en el bosque pequeño. Camino por el sendero de esquí, veo miles de otros tú que gotean, gente enrojecida de los costados, como carne rósea, blandos muslos redondos en las manos, junto a un perro aullante. Te sientas en el tocón frente al sendero de trote, en pantalones blancos, hablas por teléfono. El color pardo miente. Mi costado tiene pallets. Pequeños mensajes se guardan en la caja. Pequeños gusanos yacen en un hoyo.

La edición en finlandés es un librito negro con unos garabatos rojos en la portada. Pienso que al cruzar tantas fronteras ese libro tendría que cambiar de color. En lugar de ser negro, será amarillo, en lugar de ser bond blanco, será crema. En lugar de estar impreso en negro estará en azul. Aunque sus palabras sigan remitiendo a ese suelo congelado en plena primavera en donde un gusanito se asoma, me gusta imaginar las manos de Sini un libro cálido traducido al español.

Hace un año sobre Disco de titanes.

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