8/52 Procesos de línea

Idalia Sautto
4 min readMar 9, 2024

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La tesis de la abuela de Angie, escrita en 1954 para la Academia comercial, es un compendio de ejercicios de mecanografía, en ellos se debía poner a prueba la rápidez y precisión usando la máquina de escribir. Ahí se puede leer: “concentra tu pensamiento en el trabajo para que resulte exacto”, una suerte de mantra que se repite una y otra vez.

Parte de esta tesis viene descrita por la misma Angie (Angélica Chávez Blanco), en su ensayo “Trabajar, cuidar y nutrir”, en el libro Procesos de línea. Al ver las fotos de los ejercicios, le pedí una foto en una mejor resolución. No la tenía, tuve que pedirle a Alex que tomara unas buenas fotos del interior. Cuando pude tener en mis manos la tesis, una pieza artística por sí sola, me di cuenta que la cantidad de ejercicios que ahí había superaron la expectativas que tenía ante un trabajo de esta índole, las mujeres tecleando fuerte y claro en la década de los cincuentas. Esta escritura, que es más bien una forma de domésticar la máquina, son oraciones que decidió repetir para dar cuenta de su experticia y de cómo la máquina, en palabras de la misma Angie, funciona como una extensión de su cuerpo. Una de las frases que se repiten también es: El ruido no hace bien. Las palabras solo hacen bien cuando han sido meditadas en el silencio.

Ejercicio de Uniformidad y Corrección (1954) fue un entrenamiento regulado por el tiempo y la repetición, su misión era hacer hábiles a las mujeres en el uso de la máquina de escribir evitando a toda costa el error mediante la repetición continua de oraciones que reflejan un sistema de valores y creencias. Estas frases, a su vez, son un eco para las mujeres de mi familia, una suerte de acertijo en donde “la repetición” hace una línea desde ese pasado hasta este presente, con otros cuerpos y otras máquinas.

Angie y Rubí me invitaron a ser parte de este libro en agosto del año pasado. Procesos de línea es el resultado de una serie de talleres que impartieron con mujeres que trabajan en maquiladoras en Chihuahua. Es también un libro muy íntimo en donde podemos ser parte de la amistad que se generó entre ellas: Rita, Claudia, Angie, Rubí, Ale, Tania, Galia y Luisa.

Las mujeres que participaron en esta antología tienen algo en común: todas buscan independencia a través de su labor. Cada una escribió un ensayo que nos cuenta, desde su biografía personal, la historia que hay detrás de la industria, cómo llegaron ahí, qué de su cuerpo habla a través de estos años, dolores, quistes en las muñecas… pero también lo que acompaña a este trabajo; chismes entre los pasillos, alimentos que dan en el comedor, comercio informal entre compañeras… y finalmente ¿son las manos una memoria de la máquina con la que trabajan, como sucedió entre la máquina de escribir y la abuela Estela?

Mi pieza favorita es la vitrina del comercio informal que circula dentro de la maquila. Una serie de objetos acomodados que se imprimieron en azul y rojo:

La vitrina me parece problemática, es una cuestión de lealtad. No me gustaría que la vitrina estuviera en un espacio de maquiladoras porque está prohibida esa práctica; es una pieza que me parece riesgosa. Me preguntas qué podrían decir otras mujeres trabajadoras de la maquila. En general se sentirían orgullosas, el problema es que ponen pretextos para ellas poder ir a ver una exposición o comprometerse en algún proyecto. No nos damos el tiempo. En proyectos grandes una se minimiza, que si no vas poder explicarte, que si da vergüenza. Piensan que las van a correr del trabajo. En eso pienso que estamos mal: debemos buscar nuestro espacio. Rita.

Cuando viene Manuel y nos ponemos en “mente reptil”, así le llamamos a nuestro proceso de línea… siempre lo acompañamos con chismecito y con canciones en loop. La última vez que hicimos un proyecto ambicioso fue con Stanhome… dos tardes completas imprimiendo, dos tardes más para compaginar. Parece tedioso pero no lo es… es muy placentero. Es la recta final para que una impresión devenga libro.

Para Procesos de línea vino mi mamá a ayudarme. Compaginamos y cosimos juntas los primeros 200 cuadernillos. Mi mamá logró entrar en la mente reptil directo y sin ninguna escala. Las palabras solo hacen bien cuando han sido meditadas en silencio. Este libro es el más ambicioso en la historia de mi vida con Berenice. Las palabras solo hacen bien cuando han sido meditadas en silencio.

Procesos de línea está impreso a 4 tintas en Sonido Berenice y tiene un tiraje de 500 ejemplares.

—¿Cuántas veces escuchas las mismas canciones?

—Es el loop.

—Ya quítalo por favor.

Imagino una tesis para poner a prueba mi maestría usando la máquina. Tiempo y forma, calidad de la impresión, número de tintas ocupadas, número de ejemplares, acabados finales. Supongo que Familia es el equivalente a experimentar con la máquina, llevar las cosas hasta las últimas consecuencias.

¿Es Berenice una extensión de mi cuerpo?

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