29/52 Disco de titanes (3)

Idalia Sautto
3 min readJul 16, 2022

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¿Qué piensas? Es una pregunta que me gusta mucho hacer cuando veo que alguien tiene la mirada perdida en algún punto. Me decepciona mucho que me digan: en nada. ¿Cómo puede alguien no pensar en nada?

¿Qué piensas? Me dijo mi mamá hoy por la mañana mientras veía que el interruptor de mi computadora estaba a tres centímetros de un tazón con agua para sus gatos. ¿Qué piensas? Pienso que tengo miedo que por algún movimiento de un gato el tazón de agua se derrame sobre la pila de mi mac. Pienso que el canto de los pájaros en Coyoacán es más fuerte y contundente que el de la Tabacalera. Pienso en el color gris del cielo, ¿en mi casa también estará lloviendo?

Estoy en la cocina de su casa y escucho que va al comedor y enciende una, después dos, un encendedor que no prende a la primera, el ruido de su dedo girando la ruedita para prender un cigarro. Luego el olor del humo. Se va al comedor por un cenicero y llega a la cocina. Yo estoy esperando que la computadora despierte de su letargo.

El humo sube al techo. Esta es una cocina muy cómoda para trabajar, me gusta estar en esa barra, la ventana siempre está abierta y es posible ver al patio. Mi hermana pasa a dejar a sus perras temprano y me hace amor y paz con los dedos a lo lejos. Repito el gesto.

¿Y ahora qué piensas? dice mi mamá mientras acomoda el periódico del día sobre la barra marmoleada. Pienso que debería ir a mi estudio para poder concentrarme y trabajar y enviar las notas de remisión a la Casa Tomada y buscar los isbns de los libros que me están solicitando y copiar las sinopsis y ponerlas en el excel y medir los libros porque no sé cuánto mide el lomo de cada uno e imaginar cuánto pesa cada libro, si en la salchichonería pido 350 gramos de jamón ¿es más o menos lo que pesa el libro de It was a dark and stormy night? ¿o pesa unos 50 gramos extra? ¿cómo sé cuánto pesa un libro? No tengo una pesa de esas que usa mi abuela para pesar la plata o como aquella que usó Isaac para pesar el café. Imagino el peso de cada libro para poderlo escribir en ese documento rígido lleno de casillas. Ningún excel me va a detener para distribuir mis libros. Pero si no voy al estudio no voy a poder acceder a mis archivos, a los registros del indautor que tengo en esa computadora, tendrá que esperar al lunes o al martes y para entonces ya será demasiado tarde. Pienso que hoy debería ir a mi estudio, mamá, eso pienso. “Pues ve”, responde.

Recibí un mensaje de Rebosan. El Disco de titanes estará listo este mismo lunes. Me emociona muchísimo que llegue ya de imprenta. Acá escribí sobre este libro cuando apenas solo había cinco versos traducidos: “Me pregunto por qué se llama Disco de titanes. Imagino una canción larga larga que tarda mucho tiempo en terminar, una canción que es al final un disco. Unos titanes recién liberados borrando el límite de las pasiones; rasurando la vida quizá de la misma manera que lo hacen las barredoras de Helsinki en la oscuridad del día”.

Se llama Disco de titanes tal cual porque es una suerte de antro, de bar de malamuerte al aire libre, de personas que se zanjean en medio del invierno, en unos horizontes lisos en los que aparentemente no pasa nada, en donde dos personas cogen detrás de un oxxo y se lastiman las rodillas sobre las piedras. Esa lisura de Helsinki convertida en poesía e historia es la que llegará de imprenta. Y sí es un libro muy bello que además trae las ilustraciones que le encargué a Liz Mevill, perfectas para hacer un puente con la literatura de Sini.

Ilustración de Liz Mevill para Sini Silveri, Disco de titanes, Pitzilein Books, 2022.

También aquí escribí sobre Disco de titanes. Año y medio tardó en traducirse, editarse y convertirse en un libro, este lunes llega a su casa editorial.

Miau ❤

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