52/1 ¿De qué nos van a perdonar?

Idalia Sautto
3 min readJan 7, 2022

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Hace diez años en una conferencia que dio Vila-Matas en la BNE recuerdo que su único consejo a los jóvenes escritores dictaba “encuentra quién eres y dedicate a ser eso”. No hay nada más complicado que ser uno mismo. Hay que pasar primero por todo lo que no somos y luego tener claridad en cada uno de los deseos y posteriormente en las decisiones que se toman. El deseo es el deseo del otro, escribió Lacan. Deseamos primero a través de los deseos de los demás, pero en ese camino encontramos lo que realmente queremos, en algún momento podemos vislumbrar lo específico de un deseo. En el universo de las letras me ha costado encarnar y “ser” escritora, cuando entré a editar los libros de Tierra Adentro sentí que estaba en el lugar correcto en el momento perfecto. De alguna manera me sentí profesional en la edición, pensé “soy esto, soy editora”. Pero no tenía las herramientas de diseño editorial que aprendí con Manuel en su imprenta risográfica. Ese salto me hizo abrir el panorama. Cuando Manuel instaló la paquetería de adobe a mi computadora y me mostró las principales herramientas, recuerdo que nos vimos a los ojos, estaba atónita, y se dio cuenta que estaba abriendo un mundo que no conocía en sus entrañas, entonces dijo, mañana estaré aquí solo, sonará el teléfono y me dirás Adiós idiota, ya no te necesito. Reímos mucho. Pero más allá de tener ese conocimiento, era darme cuenta de la complejidad que puede encarnar una publicación y cómo afectan todas nuestras decisiones a lxs que hacemos un libro.

¿Por qué tenía miedo de comprar una riso? Es la pregunta que traigo últimamente en la cabeza, ¿por qué me tardé tanto? Cambiar el rumbo puede dar miedo a veces, pero luego pienso que no tengo nada que perder. Lo único que puede pasar es que sea más feliz, que siga experimentando, que compre papeles, que haga más fanzines y libros solo por el gusto de hacerlos.

Ayer Mariano llevó una pantalla a Cedro, yo llevé mi Nintendo Switch. Reacomodamos los muebles, conectamos la pantalla, le dimos un lugar al Nintendo. Y nos quedamos tooooooda la tarde jugando Limbo. Un niño que vaga por un limbo, a veces infernal, en donde tiene ilimitado número de muertes, nunca hay game over, pero si no resuelves el acertijo es un bucle en donde no avanzas. En ese limbo hay que analizar y pensar qué opciones se tienen para poder avanzar. Después llegó Alex y seguimos con Mario Kart, chefcito y CONTRA, un videjuego viejito en donde Mariano se llevó el título de vaguito de Farmacia. Hasta que dieron las dos de la mañana y subimos las bicis y Mariano nos dio un aventón a la casa. (Yo también siento que muchas veces te escribo y te cuento cosas, rat:)

Desperté todavía con la imagen de ese cielo de 8 bits morado y rosa de CONTRA. Pensé en la pandemia, en las últimas cancelaciones a las ferias, a los talleres presenciales de febrero. Y de regreso a ese mapa de pixeles y la voz de Mario Bross al pasar a toda velocidad diciendo: okidoki.

Me costó trabajo reincorporarme al viernes, a los labores de la agencia, a las publicaciones y temas por resolver. Me serví café y me senté en la computadora. 7 de enero de 2021. El día que recibí la confirmación de compra de la impresora riso que llegará a Cedro la siguiente semana.

Cuando me siento en el escritorio tengo en mi lado derecho la ventana con el balcón, por ahí entra lateralmente el sol, y justo frente a mí está una hoja que en algún momento acomodó Alex por encima de las cajitas de vidrio, se trata de un print impreso en tipos móviles que dice:

2021: 52/1 Riad

2020: 52/1 una cesta de jai alai.

2019: Fue una entrada que hice con una serie de imágenes cuando Medium tenía esa función, pero desapareció.

2018: 52/1 sí a todo.

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